martes, 2 de diciembre de 2008

Ensamble de acumulación sistemática.


Después del análisis introspectivo de una serie de objetos reunidos a través del tiempo por mí, y de la certeza de que este hecho se repite en la realidad de muchas personas, -el hecho de reunir, de ACUMULAR elementos en nuestras vidas: coleccionar estampillas, almacenar álbumes de fotografías, etc.- Me he dado cuenta de que esta situación sumativa se produce en un contexto donde el ritmo de vida es tan acelerado que no permite el desarrollo íntegro de algunas experiencias de vida, el disfrute de condiciones materiales y satisfacciones personales en general.
Entonces este hecho de acumulación viene a formar parte de una sistemática demanda humana, incluso inconsciente, pero que opera de forma radical, donde las personas van adquiriendo y atesorando ciertos objetos de valor material tanto como inmaterial con el propósito de compensar alguna carencia humana de toda índole.

Las personas, debido a la imposibilidad de procesar y apropiarse de todos sus experiencias, añaden objetos a su acervo personal, que constituyen una evidencia material de sus recuerdos no asimilados. Esto, como un rescate de la memoria, con la intención o esperanza de volver a ellos alguna vez.

Es a través de esta situación que he llegado al concepto de acumulación, el que fue adquiriendo peso a medida que descubría más elementos que se sumaban para formar parte de su realización, desplegándose dos planos en los que podrían tener cabida: el plano material y el inmaterial.

Dentro del consumo de bienes materiales, que se produce como respuesta a una ansiedad desatada, también se encuentra el alimenticio. El uso indiscriminado de tarjetas de crédito da cuenta de la manifestación de este trastorno acumulativo. Dentro del consumo de bienes inmateriales, se encuentra la acumulación de experiencias particulares (e incluso su confirmación en imagen como evidencia, tanto en registro fotográfico como video, etc.) de hechos y vivencias que signifiquen, al poseer una carga emotiva, un valor espiritual en términos de relaciones interpersonales.
Es a partir de esta elucidación fáctica de las realidades humanas presas del concepto de acumulación, se despliega el desarrollo de una obra visual que recoge en imágenes los acontecimientos de dos hechos concretos de acumulación, mostrando a través de planos de color y en soluciones formales con características pop, su consumación.
En el primero se grafica la acumulación material que se produce cuando una mujer ingiere reiteradamente un alimento, en este caso una frutilla, que va siendo observada, apetecida, saboreada y consumida, todo esto paso a paso -a modo de history board- en cada uno de los tazos ensamblados. Paralelamente, el segundo grafica la acumulación inmaterial, dando cuenta de una situación interpersonal en la que un individuo se encuentra solo y que, progresivamente, va siendo acompañado por más personas las que se sitúan a su alrededor, generando una aglomeración humana que parece reunirse para después ser fotografiada, en una situación anecdótica común.
Las situaciones acumulativas tienen un ritmo de reiteración y circuito, el que ha sido traducido en la obra a través del ensamble de módulos trabajados con imágenes sintetizadas, las que forman parte de un hilo conductor en el desarrollo de una historia de acción acumulativa.